Vivir en la clandestinidad, esconderse, vivir aterrado ante la posibilidad de un secuestro, que los grupos de tareas asalten la vivienda de una, fue un hecho usual en el período de la dictadura en Argentina. En Clandestinidad de Gustavo Dessal, se narran dos vidas paralelas. Una, la de una joven militante que se iba involucrando cada vez con más participación en su organización. La segunda, la de un hombre común, que siendo parte de la maquinaria de la muerte desatada por terror de estado, permanecerá impune, manteniéndose invisible para la sociedad.