¿Cuánto podrá durar este momento?
A nadie obedecemos, nada puede apartarnos.
¿Pero no es el amor el más voluble
de los tiranos? El amor es un reo a quien,
por perversión, por burla, por hastío,
la plebe nombra rey, permitiéndoselo todo
antes de ejecutarlo.
Un día, nuestro amor será
un suceso que a nadie importe,
el hueco de una cama hecha añicos,
la sombra de dos cuerpos
que nunca volverán a latir juntos,
un zumbido en la mente de un hombre sin memoria.
La siesta de Eduardo Jordá.
Eduardo Jordá (Palma de Mallorca, 1956) es un poeta tardío. Ciudades de paso es su primer libro de poemas, aunque se publique después de La estación de las lluvias (2001), que ganó el IV Premio de Poesía Renacimiento. Como prosista, es autor de la novela La fiebre de Siam (1988), del libro de viajes Tánger (1993), del conjunto de relatos Orco (2000) y de dos volúmenes de diarios: Terra incógnita (1997) y Canciones gitanas (2000), La ciudad perdida (2001) reúne una serie de artículos y ensayos sobre su ciudad natal. Tienen en prensa un libro de viajes por el Desierto de Atacama chileno: Norte Grande.
Eduardo Jordá cree que un poeta puede hacer poesía con cualquier cosa, desde cambiar un pañal hasta viajar en una nave espacial. Ciudades de paso es un libro que habla de muchas cosas: de los milagros cotidianos y de la finitud humana, de las vidas ignoradas que también forman parte de nuestra vida y de los fantasmas del pasado, de la carga del general Pickett en la batalla de Gettysburg y de los pueblos perdidos en el corazón de la Mancha, de una siesta con la mujer amada y de Ray Davies, de un adivino que ejerce su oficio en un templo de Katmandú y del estuche azul que guarda todo lo que queda de la vida de un hombre.
Bajar cubierta para prensa