Aunque el erotismo, el exoticismo y los detalles esotéricos están muy presentes, esta novela sobre los enredos sexuales y legales de un escritor constituye un mordaz retrato social y cultural de un país en transformación.
A lo largo del libro, que combina alegoría política y parodia, Jia Pingwa sigue la pista a su antihéroe, Zhuang Zhidie, a través de unos encuentros sexuales cada vez más decepcionantes. En una metrópolis donde abundan el poder político, la corrupción y los esquemas capitalistas se evoca el romántico recuerdo de una China premoderna y de pasado rural, aunque los acontecimientos prevengan contra la trampa de la nostalgia.
Con descripciones deslumbrantes y una vívida imaginería, Ciudad difunta transporta a los lectores a un mundo rodeado de los despropósitos y las contradicciones de la vida moderna.