Una de las áreas más florecientes y productivas en el panorama internacional de la investigación social y humanística actual son los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS). En sus apenas cuatro décadas de historia, estos estudios han experimentado un ritmo de crecimiento ciertamente espectacular, tanto en el número de investigadores y desarrollos académicos como en el volumen de enfoques y problemas abordados. Se trata, por encima de todo, de un ámbito eminentemente multidisciplinar en el que participan investigadores y perspectivas teóricas y metodológicas de origen académico muy diverso. Aunque los filósofos, sociólogos e historiadores, tanto de la ciencia como de la tecnología, constituyen mayoría entre ellos, también se encuentra a economistas, politólogos o antropólogos.
Si bien la interacción y la colaboración entre disciplinas diversas han fraguado en algunos casos nuevos marcos analíticos de naturaleza interdisciplinaria, en otros se mantienen las aproximaciones teóricas tradicionales. Lo que, de cualquier modo, aglutina a los investigadores en CTS es el convencimiento de que ciencia, tecnología y sociedad constituyen sistemas altamente interconectados. La ciencia y la tecnología son fenómenos que tienen lugar en la sociedad y no en un terreno básicamente aislado o independiente de ella; su análisis, por tanto, debe poner especial énfasis en las interacciones con los distintos elementos y aspectos del terreno social, económico, político o cultural.