Junto con los objetos lacados y las curiosidades exóticas, la porcelana circulaba por el Imperio español pasando por las Américas, pero hasta ahora no había constancia de las piezas que llegaban al mercado peninsular. Sin embargo, Krahe reconstruye el viaje de esas porcelanas desde el sur de China y analiza cómo eran, cómo se exhibían y guardaban, qué usos tenían y qué valor se les daba en la España de los siglos XVI y XVII.
A partir de una rigurosa investigación de archivo, un repaso sistemático a los hallazgos arqueológicos, un rico corpus documental y un nutrido aparato gráfico, la autora dibuja un panorama desconocido hasta ahora, abriendo nuevas perspectivas de estudio para historiadores, historiadores del arte, de la cultura material y del gusto.