Argumento de Certificados de Una Infancia Congelada
En el siglo XIX dio paso de una sociedad aristocrática y rural a otra de burguesa y urbana. Para consolidar su dominio, la burguesía triunfante necesitaba mecanismos propios de autoafirmación y el retrato fue un de ellos. La fotografía ayudó a certificar la existencia del núcleo familiar tal y como imponía la concepción burguesa. De aquí que, dentro de la importancia del retrato fotográfico en esa época, el retrato infantil tuviera un lugar destacado. Este catálogo, que recoge el material de la exposición homónima, pretende en primer lugar, la recuperación de una parte de nuestra memoria histórica, vinculada a los aspectos privados y, en segundo lugar, mostrar al público como se veían los niños en nuestro pasado inmediato. El volumen se plantea como una fuente de placer y goce ante de la contemplación de estos niños del pasado.1