Un anciano que cumple con la última voluntad de su esposa y arroja sus cenizas en el río. Una madre obsesionada con la limpieza que obliga a los hijos a rituales insólitos. Un hombre perturbado por el movimiento de las cosas pretende que todo quede inmóvil, como el mosquito que mató en la pared. Una hija que recuerda a su madre muerta, que nunca la escuchaba y la hacía comer todo el tiempo. Con un estilo propio, preciso y casi musical, Mariana Travacio es capaz de crear atmósferas de sofocación en hechos simples y cotidianos. La intimidad de sus relatos nos invita a transitar lugares contradictorios, arbitrarios y muchas veces incómodos. Voces silenciadas, secretos, olvidos forzados. Personajes singulares que son arrastrados por los matices del desencanto, la obsesión, la angustia y el amor y que componen una profunda mirada sobre la fragilidad de la vida.