Quizá el secreto de este libro fascinante sea, en realidad, su tono. Al leerlo, contagia aquella vibración dulce, serena, íntima, acogedora, abierta al Todo sin ansiedad ni preocupación y hace sentir al lector su propia vibración y realidad en medio de la fantasmagoría masiva y quimérica de la existencia así llamada normal.
El lector encontrará en estas cartas, escritas a lo hondo y único de cada ser humano, una presencia, una compañía y una dulzura inolvidables. No se cansará de leerlas y releerlas, especialmente en ciertos momentos de su vida. Porque en ellos, quizá cuando más lo necesite, estas cartas y su autor le recordarán, le harán sentir, quién es, en realidad.