¿Qué se puede esperar de un músico autodefinido como no-músico que fue pionero de la «música ambiental de autor» y del «sampleo»?
¿Qué se puede esperar de un brujo alquimista del «underground», tocado por escuelas de arte, absorto en teorías conceptuales, que piensa que «la creación artística es la única manera de sobrevivir mentalmente»?
Descúbrero en las páginas de este libro, practicando con sus poéticos juegos mentales en solitarios días de sol: Transfórmate y sigue (o piérdete).