Estamos ante un libro que es fundamentalmente de ideas, y en el que la crítica racional es el bisturí con el que el autor disecciona los lugares comunes, convenciones y estándares de opinión sobre el nacionalismo canario, así como cuestiones sociológicas o culturales en torno a él. Lizundia partía con ventaja a la hora de encarar este trabajo, ya que en él se da la perspectiva que le confiere ser un peninsular que lleva décadas en Canarias, y el conocimiento que le permite su antigua ubicación en el campo abertzale y en la izquierda, a lo que tampoco es ajeno su procedencia de una familia nacionalista vasca, ideas y afectos de los que en la actualidad se halla muy alejado.