1917 es el año crucial en la epopeya de Thomas Edward Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia. A principios de enero de ese año, Lawrence no es más que un oficial extranjero infiltrado entre los beduinos, con los que asesta a los turcos pequeños golpes de mano que apenas los inquietan; en agosto, y tras la toma de Ákaba, Lawrence es de facto el general en jefe del ejército árabe que ha desbaratado el poder turco en Arabia. A lo largo de esos ocho meses, mientras fragua y dirige la rebelión árabe, escribe cartas. No muchas: no le sobra el tiempo.