Alentados por Mingote, Caín ha buscado un espíritu con el que poder hablar de los males más endémicos de una sociedad que no parece proclive a modificar mucho su comportamiento en este siglo XXI en el que nos encontramos.
El seudónimo Caín acoge a dos profesionales, Federico del Barrio y Felipe Hernández Cava, que decidieron sumar sus fuerzas para el diario La Razón en el momento de la creación de este diario. Desde entonces, han ensayado un lenguaje satírico, apoyado en una gran versatilidad gráfica, con el convencimiento de que todo no puede ser dicho de igual manera. Esta pequeña antología de esa trayectoria muestra a Caín como un espíritu aparentemente cínico y pesimista que levanta acta de los diversos mecanismos con que el Poder tiende a extender su presión sobre una ciudadanía en franco proceso de extinción.