Charlotte Wilcox, hija de un baronet sin fortuna, ha vivido con su padre en una pequeña aldea desde que su madre murió siendo una niña y, aunque se siente feliz en su hogar y no le preocupa el hecho de permanecer soltera a sus veintitrés años, es presionada por sus familiares para encontrar un marido que la mantenga. Con ese fin viaja a Bath, donde su tía Margaret se encarga de instruirla para que consiga una adecuada oferta de matrimonio. A Charlotte, las estrictas normas por las que se rigen los miembros de la sociedad aristocrática le parecen absurdas y anticuada, temiéndose que nunca conseguirá convertirse en la esposa perfecta que su tía pretende y que todo caballero desea. En el primer baile al que asiste conoce a Edward Holne, vizconde de Eversley y cualquier norma que su tía le haya podido enseñar, será inútil ante la atracción surgida entre ambos.