La Universidad se encuentra inmersa en un profundo proceso de cambio. El marco de referencia que supone el Espacio Europeo de Educación Superior es una invitación a profundizar en la responsabilidad de adecuar la universidad a las necesidades y retos del futuro. Sin embargo, cuando se avanza en el despliegue del proyecto son muchas las dudas que surgen y muchos los problemas que se presentan. La responsabilidad que asumen las universidades a la hora de elaborar las memorias de los nuevos grados es muy elevada. Necesitan un planteamiento que atienda cuanto menos a una doble dimensión. Por una parte, la visión y el posicionamiento. En segundo término, la arquitectura de contenidos y de competencias. La primera fase, no nos debe llevar a pensar sólo en los profesionales que la sociedad requerirá en el futuro, sino y sobre todo, en los profesionales que lo crearán. La segunda, nos acerca a la parte operativa. La coordinación para llevar a buen término la capacidad de adaptación del individuo a las exigencias a las que se enfrentará a lo largo de su trayectoria vital. Pues bien, el presente libro pretende dar respuesta a algunos de los problemas, dificultades y complicaciones con las que la universidad se va a encontrar a la hora de llevar a la práctica esta segunda fase. En este sentido, la implementación de nuevas materias, la intensificación del uso de metodologías activas, la homogeneidad terminológica, el diseño de los programas de las asignaturas con base en las competencias generales y las específicas, la utilización de criterios de evaluación más sofisticados que den respuesta al verdadero conocimiento y trabajo de los alumnos, el correcto uso de las plataformas tecnológicas, etc. en definitiva, un conjunto de medidas que sirven para afrontar con profesionalidad el doble reto de colocar al alumno en el centro de su propio proceso de aprendizaje y a la universidad como motor de la sociedad.