En la primera parte, se analizan los sucesivos planteamientos que, a lo largo de los últimos años, se han hecho para conseguir trabajadores motivados e implicados. Pero algo ha fallado ya que un elevado porcentaje de trabajadores siguen insatisfechos. Por eso nunca se había experimentado tanta necesidad de recurrir al benchmarking para mejorar la propia empresa.
En la segunda parte, se analizan qué aspectos se tienen en cuenta a la hora de diseñar con éxito nuevas estrategias en la gestión del factor humano, a partir de una concepción sistémica de la empresa. El hombre realiza su actividad en una empresa concreta que tiene una visión propia del negocio y de las relaciones entre las personas. Ahora bien, la nueva concepción de las organizaciones acentúa la necesidad de desarrollar la actividad desde la ética. Muchas empresas comienzan a definirse como organizaciones socialmente responsables, es decir, organizaciones que consideran que serán más eficientes, si en su plan estratégico se introducen otros indicadores, más allá de los económicos, vinculados a los intereses armonizados de los llamados stakeholders. Esta nueva concepción de la empresa socialmente responsable, debería suponer un cambio en la filosofía de la organización, aunque en muchos casos está amenazada por el peligro de reducirla a una estrategia de imagen corporativa y de marketing. El libro recoge ejemplos de empresas que están en el buen camino.
En la tercera parte se expone cómo debe integrarse el trabajador en el espacio organizacional. Su motivación para el trabajo le va a venir, sobre todo, del grado en que la organización sea capaz de acogerlo como algo indivisible, es decir, como una persona que llega a la empresa con una serie de necesidades y de proyectos personales y sociales que son inseparables de su rol profesional. Teniendo en cuenta esta nueva visión del trabajador, el libro reflexiona y ofrece buenas prácticas en formas de motivación; remuneración de los trabajadores; reconocimiento y participación en la empresa; las relaciones basadas en la información y comunicación; la conciliación de la vida profesional y familiar; la implicación en acciones sociales y de solidaridad. Finalmente, se recogen otros valores emergentes, como el valor que se da no solamente a la salud en general y a la prevención de riesgo laborales, sino al cultivo del propio cuerpo. ../..
Los autores: Luis Sarries es catedrático de Sociología Industrial. Autor de varios libros, en la actualidad investiga la crisis de las relaciones industriales y la frexiseguridad como alternativa. Esther Casares es doctora en Sociología y profesora de la UPN.