El lenguaje pictórico de Rosa Torres es muy característico, con aquella exigencia de reducir la imagen a su mínima expresión. Esto lo consigue de manera brillante con los paisajes, en un tipo deconstrucción de la imagen. Se centra de manera especial en los paisajes de interior: en los bosques y en las montañas, reduciendo la esencia de la natura mediterránea a unas cuántas notas de color. Esta visión suya, reducción de una reducción, también lo aplica en el momento de interpretar algunos jardines urbanos, como un paso más en el análisis de nuestra natura. El catálogo, que recoge las obras de la exposición homónima, cuenta con la colaboración de los críticos J.F. Yvars, Alfonso de la Torre, Romano de Calle y Francesc Miralles, y una introducción de Martí Domínguez. En él se agrupan una parte muy significativa de su obra, inédita en gran parte, desde los ochenta hasta ahora.