A la tía Gergovia, la arqueóloga de la familia, le llegaron rumores de que en una isla griega existían... ¡cabras gigantes! Martin, Rebecca, Leo y yo decidimos acompañarla y descubrimos que lo realmente grande no eran las cabras... ¡sino el cabrero! Un cíclope enorme, gruñón y con un grave problema de vista. ¿Estáis listos para la aventura?