Siguen andando
en marcha enardecida
y a cualquier hora,
por la densa sabana.
Delante de ellos,
esos campos que anhelan.
Líneas y signos
de tierra olor de sueños,
que arden la sangre
y enmudecen la voz.
Se juntan y unen
y pasean las imágenes,
en viva llama;
que erigen y establecen.
Esencia y centro
que acallan otros ecos.
Pueblan la tierra.
Mientras los corazones,
idean los deseos
en rio inagotable.