Ese demasiado tarde pesa mucho en la vida de cualquier mujer. Nosotras sabemos que, si no es ahora, podría ser mañana, y, con un poco de suerte, incluso también pasado mañana, pero que llegará el día siguiente, y que el día siguiente será imposible.
Cada vez disponemos de menos tiempo para pensar, pero la cabeza formula preguntas sin cesar. Y llega el momento a mí al menos me llegó en que la respuesta nunca se convierte en pregunta: ¿nunca?, primero; y ¿por qué no?, después. Intenté encontrar respuestas.
Sólo hallé una.
Nueve meses después.