Tras la inesperada muerte de su mejor amiga, la profesora Libby Bradford se hizo cargo de la hija de ésta. Desgraciadamente, unos meses después descubrió que Jess Donnelly, el multimillonario, tenía la custodia legal de Morgan. Libby llevaba años sintiéndose atraída por Jess, pero pensaba que él nunca se había fijado en ella. Sin embargo, cuando se trasladó a la casa de Jess como niñera de Morgan, se quedó atónita al comprobar que la ardiente atracción que sentía por él era mutua. No obstante, Jess se mostraba reacio a abrirse al amor...