La arqueología cristiana no resulta accesible al gran público porque generalmente se piensa que es un tema reservado para los especialistas; pero no debería ser así, porque la arqueología cristiana es de suma importancia, en un tiempo como el nuestro en el que se está imponiendo el retorno a los orígenes de la vida cristiana, a fin de recabar, en aquellos primeros siglos de expansión del Evangelio, modelos de identificación que pueden introducir a los creyentes de hoy en una nueva manera de vivir y experimentar la fe en la perspectiva del Tercer Milenio.
Este libro no está destinado, por supuesto, a los arqueólogos profesionales, sino a un público más amplio, porque no tiene más pretensión que ser una «mínima aproximación», a través de los vestigios arqueológicos, a la vida de los primeros cristianos, que tantas lecciones pueden dar a los cristianos de hoy sobre cómo se ha de vivir y expresar la propia fe y la propia esperanza; y sobre todo, cómo llevar a cabo la inculturación del mensaje evangélico en las diferentes culturas actuales.