Vengo de no sabría donde a pedirte que me sigas. Me sumerjo y te lo ruego. Escribo con mano firme este montón de letras bajo el agua. Vengo y me quedo y entonces te escribo: soy yo: valgo este puñado de palabritas atornilladas a los renglones y sin embargo vengo y me planto y te ruego que me sigas (...)
20.SIRENAS, Arder en primera