Un debut literario apasionante sobre las desventuras de un joven de una ciudad colombiana que emigra a Barcelona.
La noche previa a su regreso a Colombia, un joven le cuenta su historia al dueño de un bar en Barcelona, ciudad a la que llegó con malas artes y entre el estupor mundial por los atentados del 11S y las proclamas independentistas locales.
En su pueblo natal, ante las pocas oportunidades, Abilio -lector anárquico y voraz- consigue ser fichado por una banda colombo-venezolana de contrabandistas, lo que le permitirá -además de encontrar pistas sobre la misteriosa muerte de su hermano- ganar dinero fácil y perseguir su sueño suramericano en Europa.
Con un ritmo que no decae nunca y un trabajo notable con el lenguaje, Aquí sólo regalan perejil atrapa al lector por su trama picaresca y sus matones a sueldo, prostitutas, policías corruptos y otros personajes de dudosa calaña mezclados entre gente común. Y por hablar del mundo actual -un mundo de migrantes y sueños, bajezas y decepciones- en un tono cargado de humor.
Críticas:
«Una apasionante novela de aventuras del siglo XXI, con un héroe emigrante e incorrecto que funda una lengua literaria -síntesis de distintas formas del castellano- para contar su largo e irónico viaje desde un pueblo de Colombia hasta la ciudad de Barcelona.»
Jorge Fernández Díaz
«Novela del exilio y del 'insilio', de aquel que no logra ser del sitio al que huye ni, más tarde, del sitio al que se dispone a volver.»
Juan José Millás
«Con sensualidad, con gracia, con humor, esa voz expansiva y cercana a la picaresca da cuenta de una experiencia intensa destilada en palabras, un mosaico social y un inventario del aprendizaje y el rebusque.»
Pedro Mairal
«Escaparse, huir es la premisa de toda su escritura, un puente donde el desarraigo comienza a ser parte de la condición humana y la soledad es una fractura expuesta, que hace que los presos del penal extrañen a su patria y escriban cartas sin destinatario. Si la sombra de Gabriel García Márquez circula entre los nuevos narradores de la tierra cafetera, aquí el autor se desmarca encontrando un ritmo propio que, a fuerza de choque de planetas y terror a primera vista, le da forma a un verdadero relato de aventuras.»
Sergio Kisielewsky