Argumento de Prosas de Atardecer
Somos, quizá sin darnos cuenta, habitantes de la infancia, patriotas de la niñez. Buena parte de cuanto nos define (sin disfraces, íntimamente) germinó en aquellos años de luz y soledades, de alborozo y nieblas, de descubrimientos y temores. Todo estaba allí, insinuado, entrevisto, encriptado.
José Cubero nos propone en este hermoso libro su particular viaje de otoño, una serie de viñetas donde rememora instantes de su ayer: los tebeos iniciales, los paisajes sin crepúsculo, las esperanzas, los sueños, la vida desplegando sus formas. El experimento que se redactó a los cuarenta años y que se publica a los setenta constituye un fresco narrativo y psicológico de primera magnitud en el que todos los lectores, en mayor o menor medida, nos podemos ver retratados.
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