En este ensayo póstumo, uno de los mejores filósofos de la biología iberoamericanos, analiza la gestación de la obra de Darwin, mostrando cómo en ella confluyen distintas visiones metafísicas y teológicas sobre la Naturaleza. Castrodeza nos explica cómo Darwin fue articulando gradualmente su concepto de evolución, así como la desigual recepción de sus ideas en Inglaterra, Alemania y Francia. Las dificultades con las que se topó Darwin para aplicar a nuestra especie una visión plenamente naturalista del mundo le sirven a Castrodeza como motivo para reflexionar sobre el legado nihilista del evolucionismo. Pensando, dice, nos distraemos de nuestra muerte. Pero cuando la técnica puede hoy resolver tantas de nuestras preocupaciones para sobrevivir, ¿qué nos queda?