Roma de cine no es un catálogo razonado de errores históricos que anima al lector a tomar las armas dialécticas y asaltar la bastilla de Gladiator, una película en la que Cómodo asesina a su padre Marco Aurelio. Hablaremos de ese y de otros errores, por supuesto, y compararemos el Nerón interpretado por Peter Ustinov con el Nerón histórico, del mismo modo que reflexionamos acerca de la verdad de Rómulo y Remo más allá del Rómulo y Remo de Corbucci. Pero éste no es un libro de caza al gazapo. Las películas son la excusa para hablar de Roma, y las divertidas barbaridades de Demetrius y los gladiadores no nos ponen nerviosos porque sabemos que una película no es un libro, ni un documental, ni una tesis doctoral. En este libro no encontrará colmillos retorcidos ni mala baba, sino suaves apuntes históricos de la mano de personajes que no viven en un libro de texto. Le llevaremos de paseo por las tripas de esas películas que tanto le gustan, así que prepárese a dejarse quemar el brazo derecho, luchar contra Aníbal, enfrentarse a Craso, morir apuñalado por Bruto, remar al lado de Charlton Heston, quemar Roma, luchar en el Coliseo y vencer a los enemigos de la cruz. Le prometemos mucha toga, bastantes orgías, montones de batallas, algún que otro león hambriento, incontables cascos con cepillo rojo, una multitud de villanos maravillosos, múltiples erupciones y terremotos, abundantes forzudos y un puñado de obras maestras. Ponga los pies encima de la mesa. Anime a los buenos, abuchee a los malos, aplauda la llegada de refuerzos, insulte al miserable que quiere llevarse a la chica, cabalgue con nosotros. También se puede estudiar la historia desde los gallineros.
Roma de cine es un libro escrito para usted, que le apasiona la historia; y para usted, que le gusta el cine "de romanos"; y para usted, que es un nostálgico de los viejos gallineros; y para usted, que es un friki del peplum desde antes de que hubiera frikis de algo; y para usted, que no concibe una Semana Santa sin Nerón tocando la lira. Empezamos con Rómulo y Remo y terminamos con Constantino el Grande, y las falditas de los protagonistas irán subiendo o bajando según hablemos de Gladiator o de Héroe sin patria. Nuestra teoría es que cuanto más corta es la faldita de los protagonistas de las películas históricas, peor es la película. Pero hablaremos de películas de faldita larga y de faldita corta, es decir, de Espartaco y de El hijo de Espartaco. Nos encantan las películas de faldita larga, y estamos perdidamente enamorados de las películas de faldita corta.
Con falditas y a lo loco. Deje de leer esta contraportada. Roma y el cine de romanos le están esperando.