Al comienzo de esta novela, Sara se encuentra justo al principio de su cuento de hadas: un trabajo apasionante, un esposo apasionado y un hijo de anuncio. Pero a pesar de esta mano ganadora, ¿es feliz? Pregunta retórica donde las haya: si no tiene motivos para torturarse, Sara los buscará hasta debajo de las piedras, y los encontrará, ¡vaya si los encontrará!