Plantea la figura de Jesús, como la de un ser humano como nosotros, el cual superándose a sí mismo, logra convertirse en el Cristo, un estado ideal de ser, semejante al de Buda, que solo se logra tras un largo aprendizaje, pero al cual todos podemos intentar acceder y lograr.
Así sostiene que la finalidad última de la venida de Jesús sería la de ayudarnos a conectar con nuestro interior y a liberarnos definitivamente del sufrimiento como camino para el desarrollo humano y que Para crecer espiritualmente no es necesario sufrir.