Lejos de haber alcanzado la gloria, Capestan y los suyos son vistos como traidores por el resto de sus colegas y viven relegados en el rincón más oscuro de la Policía Judicial. La moral de todos está por los suelos. Matan el tiempo jugando al billar o decorando el árbol de Navidad. Solo Anne mantiene la fe en su valía. Aun así, habría preferido evitar la investigación que les es asignada: el asesinato del comisario Serge Rufus, padre de su exmarido. Capestan siempre odió a su suegro, pero todavía no ha sido capaz de olvidar al hijo.
Mientras tanto, un hombre en Provenza encuentra su propio nombre en un monumento a los caídos, una perturbadora premonición que se cumplirá de inmediato y que hará que la brigada deje París para investigar unas muertes extrañamente anunciadas.
La crítica ha dicho...
«¡Una comedia policial trepidante, divertida y bien hilada que es urgente que todos lean!»
Cosmopolitan
«Introducir en la novela policial elementos de comedia, sin que la mezcla se incline en exceso por uno de los dos géneros, es una proeza que no está al alcance de cualquiera. Donald Westlake lo hizo muy bien; y en la actualidad, Andrea Camilleri es el mejor representante. A ellos se une, de manera brillante, la francesa Sophie Hénaff.»
Ramón de España, El Periódico de Catalunya
«Unos personajes estrafalarios y una novela policiaca vitaminada. Fantasía, humor, agilidad se dan cita en esta gratificante segunda entrega.»
Paris Match
«Tan conseguida como su predecesora. Aviso de muerte es una novela policiaca muy simpática.»
Action Suspense