Por su situación geográfica, Andalucía está encuadrada de lleno en el clima mediterráneo, su vegetación y fauna deberían ser las características de los bosques y matorrales mediterráneos. Pero su heterogeneidad litológica, lo accidentado del relieve, lo variado del clima y la propia intervención milenaria del hombre, la han convertido en un mosaico del paisaje, con una rica diversidad ecológica.