Sus visiones de la Pasión de Cristo y sus estigmas la hicieron una mujer extraordinaria y discutida. Pero por encima de todo, Ana Catalina supo santificar su enfermedad y las circunstancias que la acompañaron. Juan Pablo II la ha beatificado en el año 2004.
Mel Gibson se inspiró para realizar esta película en las experiencias místicas de Ana Catalina Emmerick sobre la pasión de Jesucristo