Resumen: El mejor de los historiadores de la última etapa de la historiografía pagana latina es un autor cuya lengua madre era el griego. Una figura poderosa, digno sucesor de su modelo Tácito, al final cronológico de cuyas Historiae liga sus Res Gestae, de ideología tradicional y pesimista juicio, cuyo relato, propio de un ?soldado y un griego?, como se autodefine en el epílogo, encierra en una compleja formulación expresiva que debe tanto a su educación retórica y lengua materna, como a su rico pensamiento y su amarga visión del acerbo presente que le ha tocado vivir. No es fácil, en unas líneas y sin poder hacer uso abundante de su rico y sugestivo texto, hacer justicia a su intensa y original obra que presenta importantes novedades conceptuales, estructurales y estilísticas respecto a sus predecesores.