La deseaba tanto que... ¡la compró!
Nada más ver a Angie Blessing en aquel cartel publicitario, el multimillonario australiano Hugo Fullbright supo que debía conquistarla. Y creía saber también cómo hacerlo porque, además, entre ellos surgió una atracción inmediata. ¿Por qué entonces ella se negó a aceptar su oferta?
Angie no podía contarle a Hugo su verdadera historia. Pero tampoco podía resistirse a sus encantos, así que finalmente aceptó su invitación a pasar el fin de semana con él en Tokio... sin darse cuenta de que Hugo era un hombre acostumbrado a comprar lo que deseaba... del mismo modo que la había comprado a ella.