La novela más divertida sobre los lugares comunes.
En Amaneceres del Husar los lugares comunes, unas veces repudiados y las menos venerados, son un artificio irreverente, una arma para discurrir contra la trivialidad de todos los días.
Un Husar sin acento y sin caballo es el singular personaje de esta historia, quien amanece para el encuentro y en el absurdo de las palabras de todos y de nadie, las cuales han perdido el sentido y ya desvanecidas reclaman la atención de otras voces, quizá menos vulgares de lo que aparentan, o más eruditas si de lengua de poetas se habla.