Ante un estremecimiento inexplicable y repentino, decimos a veces ?acaba de pasar un ángel?. En los catorce cuentos que integran este volumen, el ángel, en efecto, pasa. Lo hace, como él mismo anuncia, suplicándole al avaro, recogiendo al perdido, suspirando junto al moribundo, labrando con estertores la tropezosa brecha de la esperanza, renaciendo en el último momento, justo a tiempo para conjurar la oscuridad.