El magnate Eben Spencer había aprendido hacía mucho tiempo a estar siempre alerta y a ocultar sus sentimientos. ¿Y hasta dónde le había llevado esa filosofía? Profesionalmente, a la cima del éxito. Y, en su vida personal, le había proporcionado una amada, aunque infeliz, hija y un matrimonio destrozado. Desde luego no estaba dispuesto a embarcarse en nada parecido en mucho tiempo? Pero entonces conoció a Sage Benedetto. La cautivadora naturalista que era todo lo que él no era: cálida, emotiva, abierta y todo lo que jamás había soñado desear. Claro que, últimamente, tenía unos sueños muy diferentes?