Tras el chasco de su relación con Koldo, Allegra se refugia en el trabajo y en la música. Cuando consiguió el puesto de representante de los Sauryn pensó que le había tocado la lotería. El problema es que los chicos no tienen muy claras las funciones de una representante, y una tarde Allegra acaba en la fiesta de cumpleaños del primo del vocalista.
Darío es un hombre clásico, de múltiples talentos. Amante de la ópera y de las mujeres, de momento tiene más éxito con las segundas que con la primera. Aunque es una persona ocupada, saca un rato para acercarse a la fiesta de cumpleaños de su sobrino, donde conoce a Allegra, que se había refugiado en el bar del local.
La joven se lanza de cabeza a la relación para olvidarse del hombre que se le metió bajo la piel con su skate y su entusiasmo, pero hay pasiones tan fuertes que ni una orquesta sinfónica es capaz de acallar.
¿Serán capaces de afinar sus diferencias?