Desde que Jonathan Davis llamó a su puerta, confundiéndola con su cita a ciegas, Diane Black supo que aquel constructor no podía ser más diferente a ella. Él buscaba la compañía de las mujeres más atractivas y glamurosas de Dallas y no de banqueras como ella. Aun así, aquel hombre hacía que su corazón latiera como nunca lo había hecho bajo sus serios trajes de chaqueta.John era millonario, atrevido y todo un partido, pero no pretendía ser un marido. Para él, el matrimonio era un error. A pesar de que Diane parecía la mujer perfecta, estaba seguro de que no caería en la trampa. Hasta que la besó.