A veces ocurren cosas maravillosas, cosas que no ocurren siempre...Y una de esas cosas maravillosas sucedió en el bosque de Villaoscura. Un día, don Teófilo, el ingenioso alcalde del pueblo se le ocurrió una idea estupenda: poner farolas en el pueblo, y una de ellas en el paseo del bosque para poder pasear por la noche. Así fue como llegó Farolina al bosque...
Los sacrificios que Alberto y Farolina realizan el uno por el otro hacen que nazca entre ellos un gran amor.