Argumento de Adriano Emperador Romano
Encuadernación: Rústica.
En Adriano, emperador romano, obra con la que Vicente Piñeiro ganó el VII Premio El Espectáculo Teatral, comprobamos que desde los tiempos de Adriano nada ha cambiado. La esencia humana está presente a través de los siglos: se mantiene la ironía de los poderosos, el sarcasmo y la burla que conmociona. El conflicto de la obra radica en el enfrentamiento de Adriano consigo mismo, con el poder de Roma, con el hecho de vivir como un ser superior y ser responsable de dos culturas. Compartimos sus fluctuaciones sexuales, sus fracasos ante lo femenino, la vanidad de su mujer, Sabina. Pero Adriano también es una protesta contra la maldad, contra la pederastia, revivimos los hechos de quien quiso luchar contra las injusticias del Estado y los poderosos, consciente de que es un camino que lleva a la destrucción. Adriano está lleno de deseos de poder y de debilidades y comprueba la necesidad de convencer, de pactar, de rodearse de amigos que alcahueteen a los poderosos para seguir conservando la autoridad. Adriano es considerado uno de los cinco emperadores buenos, nombre propuesto por Maquiavelo y promocionado por el historiador Edward Gibbon, para quien fue la época más feliz de la historia de la humanidad. Sin embargo, el mal, la violencia y la venganza se muestran en su esplendor y nadie tiene una biografía limpia. 0