En el prado Somonte, en Asturias, en el camino de Oviedo a Gijón, dos pequeños pastores hermanos llamados Pinín y Rosa han cuidado y establecido un intenso vínculo a lo largo de los años con la Cordera, una vaca que su madre ya muerta les dejó para que les sirviera de sustento económico en su ausencia. Sin embargo, ante las numerosas deudas que tiene, Anton de Chinta, el padre, debe vender el animal y enviarlo al matadero.