Fruto de su parecer, el autor redactó "El abogado instruido en la práctica civil de España" en 1738, con la manifiesta intención de que los abogados "(...) tengan una breve instrucción, que les facilite la egecucion de lo que deven practicar"; con ese planteamiento, la obra de Berní trató de atajar los males que afectaban a "los principiantes" en el ejercicio cotidiano de esta profesión, con "mucha i bien ordenada dotrina".
Esta edición facsimilar reproduce el original que se imprimió en Valencia el 20 de febrero de 1738.