Argumento de A Balon Parado
Gordillo congelaba los calzoncillos a sus compañeros, a Superpaco le pintaron un perro de blanco y negro (...). Seguro que más de una lágrima va a resbalar por las mejillas de los lectores. Las más, de risa; las menos, de tristeza. No es sino un simbolismo del fútbol desde el punto de vista del aficionado, ese peculiar personaje que paga sin saber qué le tocará, si gozar o si sufrir. No hace falta llamar a la puerta, pasen sin más. Este vestuario común de béticos y sevillistas, sevillistas y béticos está hoy abierto de par en par.1