Fue la más novia de todas:
veinte meses insultándonos, veinte
meses llegando tarde al punto
de encuentro,
veinte meses de la risa
por los pubs del Antiguo,
veinte meses de veinte talegos
en la puerta del Matías,
veinte meses aprendiendo a no follar
bien en la casa de ella
mientras sus padres servían
sidra y callos en el Gato Negro.
Veinte meses como Syd y Nancy,
como Sailor y Lula.
Nos queríamos a lo bestia,
y por eso salimos heridos
del amor.