Estas meditaciones con flores sobre textos de santa Teresa son, dice la autora, palabras como semillas, que han arraigado en mi seco interior, con las que medito en la naturaleza de mi vida diaria, con mis amigas las flores, con las que trabajo y vivo. Andar en verdad es fácil con ellas, ser de trato suave, recorrer cada día labrando como la abeja, libando aquello que nos hace personas, que nos hace mejores cada día. Coge los textos de Teresa, y sobre una pradera de hierba, su lectura se vuelve un acto recíproco de amistad, un festín de ideas, sensaciones y palabras. Reflexionando sobre nosotros mismos, andando con quien sabemos que nos quiere.