La historia de Pedro I de Castilla, desde que siendo muy joven muere su padre y debe ir aprendiendo a reinar, hasta que finalmente es asesinado por su hermanastro Enrique. Es la historia de un agrio aprendizaje, pues aprende a desconfiar y de ahí a ser un hombre sanguinario cuyo leitmotiv es la venganza. Aprende a desconfiar porque toda su familia sanguínea termina engañándolo de una forma u otra, incluso su propia madre llega a lamentar haberlo amamantado; porque todos quieren su parcela de poder, o llevar a cabo sus venganzas personales a cualquier precio. También es la historia de la lucha de dos hermanos por parte de padre por un trono y por una corona, aunque la lucha de Enrique es más la venganza por la muerte de su madre; también es la historia de amor de Pedro I con María de Padilla, a quien le reconoció su condición de reina una vez muerta, reuniendo a las Cortes para darle esta última dignidad.