Cien ideas parecen muchas antes de que uno se ponga a contarlas. Es lo
que hace Mario Bunge con paciencia, claridad y sencillez en este libro,
tan bueno que hasta parecen pocas. La tarea le permite iluminarse (e
iluminarnos) para que las ideas participen luego en nuestras charlas,
para que encontremos en ellas temas y motivos que fortalezcan esa gran
pasión que nos precedía: la amistad.
La sobriedad y la elegancia con las que cada una de estas ideas es
expuesta, y la concisión y el método que ameritan, aportan un delicioso
empeño: que las palabras sirvan para que podamos entendernos mejor.
Nunca falta una idea cuando Mario Bunge escribe, y si parece que una
sobra, se debe a la generosa actitud del autor, que nos la concede como
yapa.