Esta novela refleja la desolación interior de un hombre que se aferra a grandes interrogantes existenciales. Atrapado en un mundo finito y mensurable, se siente incapaz de esquivar un espacio de mudo espejismo, transitorio y hasta mudable entre un él y un yo. Por medio de un monólogo dialogado, se vislumbra la atormentada existencia de este ser perdido, no obstante lúcido, que conoce los recovecos de la mente humana y los impulsos de una sociedad decadente a la que no quiere integrarse, apartándola de sí mediante una íntima condena.