Con su diversidad de formatos, donde lo breve y fragmentario convive con lo extenso, el verso con la prosa, con su ascetismo verbal y sus insólitas transiciones, con su pretendido aire de piezas inacabadas saturadas, en realidad, de significación, las composiciones de Y todos estábamos vivos van fraguando uno de los recorridos emocionales más intensos y complejos de la poesía española contemporánea.