Sigurd Mutt regresa a Barcelona. Han pasado casi treinta años. Entonces era un joven criptozoólogo, empeñado junto con sus compañeros Belaire y Sjögren en desentrañar los misterios del Naturalismo Oculto y en rastrear, contra los dictados de la ciencia oficial, la pista de animales peligrosos y animales que no existen. «Ciencia oficial», así la llamaban ellos con desdén, como ya hicieran antes sus maestros. Pero ahora, a finales de 2007, vencido y cansado, Sigurd Mutt se dirige a Vor, un pueblo en los Pirineos donde tiene intención de pasar una breve temporada en un antiguo balneario de resonancias aristocráticas: el sanatorio Vulturó. Lleva consigo las últimas voluntades de su colega Belaire, que le fueron enviadas a Hamburgo junto con lo que parece ser un fragmento de un insólito texto titulado Tras Columbkill. Si quiere descubrir su alcance y significado, deberá completarlo, algo que sólo podrá hacer en Vulturó. Allí encontrará a Vicente Baeza, el Rubio, un policía retirado que conoce hasta el último secreto del mundo de los timadores; al niño Iván Agulín, quien dice no tener padres; a Olimpia Sanderson, una mujer alojada en el piso más alto que no sale jamás de su habitación; a Tod Volta, un distinguido caballero fascinado por la estrategia militar de todos los tiempos; y a la señorita Elvira, un ser esquivo y sugerente con «aspecto de catequista». Unas veces con ellos y otras contra ellos, siguiendo el enigmático capricho de Belaire y su texto Tras Columbkill, Sigurd Mutt se verá inmerso en dos universos que le son ajenos: por una parte, la vida recatada del escritor José Echegaray, primer Nobel de la literatura española, y por otra, la vida improbable de un santo medieval llamado Columbkill, hacedor de milagros y guerrero infatigable. Robert Juan-Cantavella crea un mundo cerrado lleno de puertas traseras y teñido de antiguos saberes iconoclastas: la línea imaginaria que une el pueblo de Vor y el sanatorio Vulturó. Un mapa cuyos contornos han sido retrazados durante los últimos años con la sangre de un asesinato que acaba manchando las manos de Mutt. En un gesto que tiene algo de bandazo a contracorriente, Juan-Cantavella, autor entre otros títulos de Proust Fiction, tan celebrado, presenta un excitante relato de misterio que es también la historia de unas ideas inciertas y un gabinete de curiosidades.